Las iglesias de Chiloé, construidas principalmente en madera, son un ejemplo excepcional de arquitectura religiosa en América Latina. Estos templos católicos reflejan la riqueza cultural de la tradición arquitectónica chilota, caracterizada por la mezcla de saberes y técnicas indígenas y europeas, la armónica relación con el entorno y la vigencia de su importancia espiritual para las comunidades. Por estas razones, en el año 2000 se realizó la inscripción de dieciséis iglesias de Chiloé en la Lista del Patrimonio Mundial de UNESCO.
El proyecto consistió en inventariar los templos pertenecientes a la denominada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, que existieron o aún se emplazan en el área geográfica que corresponde al Chiloé Cultural. La Escuela chilota es entendida como un continuum histórico e indivisible entre materialidades, uso del espacio y prácticas culturales.
En ese marco, se elaboró una base de datos SIG para el análisis espacial y patrimonial de los templos, además de realizar recomendaciones para el resguardo del patrimonio cultural identificado. El catastro describió las características arquitectónicas de 152 templos de la Escuela Chilota que aún están en pie como aquellas que no, además de registrar las prácticas religiosas y/o culturales asociadas a ellos, abordando la dimensión material e inmaterial de la práctica patrimonial.